La maquinaria del Rally Dakar vuelve a ponerse en marcha estos días en Barcelona, donde este jueves empezaron las verificaciones de los vehículos que embarcarán desde el puerto de la Ciudad Condal rumbo a la sexta edición de la prueba en Arabia Saudí. El menú de esta se presentó por la tarde e introduce novedades interesantes en la eterna persecución por dar una vuelta de tuerca a la carrera más dura del planeta. Casi 8.000 kilómetros de carrera, 5.000 de ellos contra el crono, esperan a los más de 800 competidores inscritos en 2025. La invención estrella de este curso es el desdoblamiento de casi la mitad del recorrido de motos y coches, que usarán rutas diferenciadas en terreno arábigo.
“Mi filosofía es que el deporte es lo primero, y aunque pueda representar un reto logístico, esto introduce más dificultades de navegación para los coches, que no podrán contar con la ayuda de las huellas de las motos”, cuenta David Castera, director del Dakar, en conversación con EL PAÍS y otros medios españoles. La separación de recorridos permite aumentar la seguridad de los participantes, ya que el horario de salida será más temprano para todos y se evitarán las llegadas masivas de noche a los vivacs. “Hay que cuidar a los primeros, pero también a los últimos”, añade.
La 47ª edición del Rally Dakar dará comienzo en Bisha, al suroeste del país, el próximo 3 de enero y contará con un prólogo y 12 etapas con final en Shubaytah el día 17, en el corazón del siempre exigente desierto de Rub al Khali, uno de los cuerpos de arena más grandes e inhóspitos del mundo entero. “Esta edición mantiene el listón del año pasado, y será de nuevo una carrera de resistencia, ni mucho menos un sprint, ir a tope todos los días sería una locura, y se trata de ir rápido sin pasarse de la raya”, resume Castera. Una quinta parte del recorrido consistirá en navegar entre las dunas, y el primer gran reto llegará ya el segundo y tercer día, durante una Chrono 48h sin asistencia de ningún tipo de casi 1.000 kilómetros.
Este mismo jueves por la tarde, en el Moll de Marina del litoral barcelonés, varios de los principales competidores españoles repasaron las vicisitudes del recorrido ante el público de casa, aprovechando su presencia en la ciudad. Un centenar de españoles se han apuntado a la prueba, que tendrá a Carlos Sainz (Ford), Nani Roma (Ford) y Cristina Gutiérrez (Dacia) entre los favoritos en coches, y a Tosha Schareina (Honda) como principal referente sobre dos ruedas.
“Serà un Dakar duro. Ya el segundo día dejaremos de ver los mecánicos. Será clave superar esas 48 horas sin asistencia, y pienso que los pinchazos y las dos ruedas de repuesto entrarán en juego. La primera semana, que se cierra con la etapa maratón, será muy, muy exigente”, analiza Roma, el más experimentado de la comitiva con 28 ediciones a sus espaldas. Schareina, ambicioso a pesar del chasco del curso pasado, cuando se cayó lesionado en la primera etapa tras ganar el prólogo, piensa que la carrera en motos sigue muy abierta. “Yo lo afrontaré como siempre, cuando caí estaba intentando controlar, no fue un exceso de velocidad o precipitación. Hemos hecho una buena temporada y llego con ganas de ir a por todo”, cuenta el valenciano.
Quedará por saber cómo la crisis económica de KTM, que reduce su plantel a tres pilotos, afecta la competitividad en motos, mientras sobre cuatro ruedas Toyota cuenta con el vehículo más consolidado entre los proyectos punteros, si bien sus pilotos no tienen ni de lejos la experiencia de los Al-Attiyah, Loeb y compañía. “Lo mejor es ir día a día, estamos haciendo más de 500 kilómetros al día, una barbaridad, y hay que tomárselo de esta manera si quieres sobrevivir a la carrera”, constata Gutiérrez, la segunda mujer de la historia en contar con apoyo de un equipo oficial y las mejores herramientas en la categoría de coches.
El director del Dakar, que lleva años soñando en ampliar los horizontes en la península arábiga, con Omán y Jordania como principales objetivos, reconoce que la prueba está anclada a Arabia Saudí hasta 2029. Por entonces expirará el actual contrato, sin exclusividad, pero no demasiado interés en ensanchar miras por parte del país que paga las facturas del rally-raid de referencia.